Construida en 1570 por los vecinos de la zona. Fue anexo a la parroquia segoviana de San Millán hasta 1843.
Es un templo sobrio con una gran puerta de madera y una espadaña de ladrillo con un pequeño balcón para voltear las campanas. Su interior se reformó hace unos años y conserva aún la cubierta con bóveda de nervios, una enorme pila bautismal y varias tallas, como la de San Sebastián y la de la Visitación. Su retablo mayor barroco data del siglo XVIII.