La de Segovia fue la novena fundación de la Santa y tuvo un azaroso comienzo.
Desde Salamanca, donde recibió la licencia, llegó a nuestra ciudad al anochecer del 18 de marzo de 1574, junto con cinco religiosas, dos de ellas segovianas, el caballero Antonio Gaitán, Julián de Ávila, clérigo, y Fray Juan de la Cruz, Confesor en la Encarnación de Ávila.
Antes de amanecer, ya estaban instaladas en el -hoy- número 5 de la calle Marqués del Arco, pero el Canónigo Provisor interrumpió airadamente la misa que oficiaba Fray Juan de la Cruz y a punto estuvo de dar al traste con la empresa.
Al llegar las religiosas procedentes de Pastrana faltó sitio y debieron comprar otras casas en la misma calle, donde hoy continúan. Allí, en el Convento de San José de las Carmelitas Descalzas comenzaría a escribir " Las Moradas"
La Santa parió hacia Ávila a primeros de octubre, pero su recuerdo permanece en Segovia, vivo y pujante, hasta la actualidad.