El repartidor de la empresa de mensajería Amazón llama a la puerta y pregunta burlón a la mujer que abre:
- Es usted la mujer más amable de Segovia? Es que aquí lo pone, esta es la dirección ¿Es usted?
Le enseña un paquete de Amazón, y ella lee el mensaje del remitente que aparece recuadrado en el paquete:
“Queremos agradecerle su atención y amabilidad la mañana del 4 de febrero cuando nuestra furgoneta camino a Galicia no atravesaba la nieve. El mundo es más bonito gracias a gente como usted” y lo firman Laura, Roi y Fer
Ha ocurrido. Es esta una historia amable que sale a la luz y pocas veces salen a la luz las historias amables. Para que esta historia viera la luz, ha hecho falta la generosidad de esta mujer, de la mujer más amable de Segovia, que quiere que conozcamos no su gesto, sino el de los teatreros remitentes del paquete.
Y quiere que conozcamos esa historia porque
- basándose en el principio filosófico del bien, de la bondad-, deduce que tienen que ser estupendos actores, estupendos teatreros quienes responden así a lo que ella considera su acto normal, de ciudadanía; el pequeño gesto de ofrecer ayuda a unas personas atascadas en la nieve que cubre una de las calles menos frecuentadas del casco histórico de Segovia.
El 4 de febrero ofreció ayuda a unos jóvenes y una invitación a café en su casa, invitación que ellos rechazaron, y les regaló sonrisas y empatía. Nada más, dice ella cuando lo cuenta. Y nada menos, digo yo al escucharla.
Efectivamente personas así, como la mujer más amable de Segovia y Laura, Roi y Fer hacen el mundo más bonito.
Desde Turismo de Segovia hablamos continuamente de “hacer destino”, de construir entre todos la imagen de la ciudad como ciudad cálida, acogedora, solidaria y excelente.
De esto es de lo que hablamos: de la necesidad de que muchas historias como esta de la mujer más amable de Segovia y la de Laura, Roi y Fer sean la seña de Segovia, nuestro patrimonio más valioso.
A ver si logramos entre todos que nos conozcan como “Segovia, la más amable”.
14 Feb 2018
Turismo de Segovia