Mirador de Zamarramala
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“No conozco a nadie que habiéndose acercado a este lugar no haya sido conquistado por esta vista sorprendente”. La admirativa frase del hispanista belga Robert Guillon aparece grabada en la pared de una pequeña ermita que se alza a la salida de Zamarramala, desde donde se contempla una línea monumental en la que se integran el Alcázar, las Murallas, la torre de San Esteban, la Catedral, etc., la ciudad entera, en fin.