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La Real Casa de Moneda fue una fábrica autosuficiente. En ella se llevaban todos los procesos necesarios para llevar a cabo el proceso fabril. La función de la herrería era la de llevar a cabo tareas de fabricación así como de reparación del instrumental necesario para la fabricación de moneda.

En la herrería se fabricaban por ejemplo los rodillos o troqueles con los que se acuñaba la moneda. Fabricándolos en la propia Casa de Moneda se evitaba el riesgo de que se falsificasen al fabricarse en el exterior.

Lo que vemos en la actualidad es una reproducción de una herrería típica compuesta de fragua, martinete o torno.

se utilizaba para la reparación de piezas de la maquinaria. El fuelle funcionaba gracias a una pequeña rueda hidráulica. Aquí en la fragua se realizaban trabajos como calentar, fraguar y soldar cuños y otras piezas involucradas en el proceso de acuñación.

Funcionaba con la fuerza de otra rueda. La acción del agua logra que el martinete golpee suavemente, pero de forma constante. Se utilizaba para trabajar los cuadrados de acero en su parte central y lograr así redondear los cuños.

Los árboles o ejes de los martinetes siempre habían de estar mojados para poder lubricarlos, así que por este eje permitían que entrase agua, como puede apreciarse en la abertura del muro.

Daba el toque final al rodillo o troquel. Con el torno el herrero conseguía darle la forma redonda.

La madera utilizada para la construcción de las réplicas de la maquinaria original procede de los bosques del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso y fue cedida en 2010 al ayuntamiento de Segovia por Patrimonio Nacional.