La Real Casa de Moneda fue una fábrica autosuficiente. En ella se llevaban todos los procesos necesarios para llevar a cabo el proceso fabril. La función de la herrería era la de llevar a cabo tareas de fabricación así como de reparación del instrumental necesario para la fabricación de moneda.
En la herrería se fabricaban por ejemplo los rodillos o troqueles con los que se acuñaba la moneda. Fabricándolos en la propia Casa de Moneda se evitaba el riesgo de que se falsificasen al fabricarse en el exterior.
Lo que vemos en la actualidad es una reproducción de una herrería típica compuesta de fragua, martinete o torno.