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Imagen de cabecera

La Casa de la Moneda no sólo es un extraordinario edificio de arquitectura industrial que milagrosamente ha llegado hasta nuestros días, sino que además conserva la pequeña joya de su jardín íntimo concebido para el disfrute personal de Felipe II. El jardín se encuentra en el extremo oeste del conjunto de la ceca segoviana y continúa siendo un jardín secreto, de espacios recoletos, dirigido a los cinco sentidos, dentro de la más pura tradición renacentista.

El jardín del rey lo mandó construir Felipe II para aprovecharlo durante sus visitas al Real Ingenio de la Moneda. Era y es un lugar que invita al paseo, a la reflexión, a la integración con la naturaleza y a la pesca, actividad a la que era gran aficionado el rey.

Ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de sus quinientos años de historia, y en él permanecen las huellas renacentistas originales, pero también las del paso del tiempo, especialmente de la época de Isabel II.

El jardín del rey fue concebido según la tipología de jardín huerto, concepto que se remonta a la antigua Persia y en el que el agua tiene una importancia fundamental. Sin agua no hay jardín, sin agua no hay plantas, no hay flores, no hay insectos, no hay pájaros, no hay nada.

Lo ideal de este jardín es que en verano los árboles están frondosos. Paseando por él, podrá disfrutar del perfume de los lilos y las celindas en primavera o los membrillos al inicio del otoño… Lo que es seguro es que disfrutará del sol en invierno y de una buena y fresca sombra en verano, pues todas las especies arbóreas son caducifolias.

Déjese llevar por los vericuetos y perciba el equilibrio de su geometría, integrado con la sutileza cromática de las flores y plantas. En la parte inferior, un tapiz de fragaria rodea el pabellón de pesca, punteado de jacintos morados. Allí también, bajo un arce, crecen blancas e intensas celindas.

En dirección hacia la pérgola central, el salón de las rosas damáscenas donde también crece madreselva. Al otro lado de la pérgola, el salón de los bojes, con ejemplares centenarios hechos ya árboles. Y también lirios y rosas de Francia. A la vera del río, un ejemplar del árbol del amor sobre un tapiz de prímulas, erígeron y aquilegia.

Subiendo por la pérgola, a la izquierda el parterre de los tilos, donde también crecen narcisos. A la derecha la terraza de la pileta, con arces, castaños, avellanos y palmeras. Haciendo frontera con la terraza superior, un tapiz de lirios. Y en la terraza de la frutalera ahora crecen membrillos.

En el espacio superior se encontraba la alberca original que regaba el jardín.

Visitas al Jardín del Rey

De miércoles a sábados de 10 a 14 y de 16 a 18 horas.

Domingos de 10 a 14 horas.

Los horarios pueden tener posibles cambios y es conveniente confirmarlos para el día exacto de la visita.

Consulta aquí: Horario y tarifas de la Real Casa de Moneda.