“El Centén Segoviano no solo es una moneda; es una metáfora del talento, la técnica y la belleza que hicieron de Segovia un referente mundial. Desde nuestro museo, trabajamos para que esta historia siga viva y accesible para todos.”

Bajo la mirada eterna del Alcázar y junto al rumor del río Eresma, el Museo de la Real Casa de Moneda de Segovia guarda un secreto que brilla como pocos: el Centén Segoviano, una de las monedas más bellas, raras y valiosas de la historia universal, una moneda auténtica, única y genuina, todo un símbolo de un tiempo, de un ingenio y de una ciudad que fue pionera en la historia de la moneda moderna.

UNA MONEDA NACIDA DEL INGENIO SEGOVIANO
El Centén Segoviano fué acuñado por primera vez en el Real Ingenio de la Moneda en 1609 y nuevamente en 1623. Representa la culminación técnica y artística de la Ceca Segoviana. Fabricado en oro de 22 quilates y con un peso superior a los 300 gramos, era la moneda de mayor valor jamás producida en el Imperio español.
Se elaboraban en el Ingenio Chico, la ceca hidráulica mandada construir por Felipe II en 1583 a orillas del Eresma. Este edificio, considerado hoy una de las fábricas industriales más antiguas de Europa, introdujo la acuñación mecanizada mediante rodillos movidos por la fuerza del agua, adelantándose casi dos siglos a la revolución industrial, todo un anticipo a su tiempo.

El Centén no era una moneda de circulación común. Era una obra maestra, una demostración de poder y destreza técnica. En su anverso luce la efigie de Felipe III o Felipe IV, y en su reverso, el escudo de la Monarquía Hispánica rodeado de una orla de pureza matemática. Cada ejemplar es una joya irrepetible de la numismática, de las que se conocen menos de una decena en todo el mundo.

EL ALMA DE UNA CIUDAD: HISTORIA Y MEMORIA
El Real Ingenio de la Moneda fue más que una fábrica. Fue el corazón tecnológico del Siglo de Oro español, el lugar donde la monarquía convirtió el arte en metal y el metal en historia. Desde Segovia se exportó un modelo de producción que inspiró a toda Europa.
Hoy, el visitante del Museo de la Real Casa de Moneda, de titularidad municipal, no solo contempla una joya arquitectónica del Siglo de Oro, sino también el lugar donde nació una de las hazañas técnicas más fascinantes de la historia monetaria.
Cada centén acuñado en estas prensas representa la unión perfecta entre arte, ingeniería y poder, un legado que todavía asombra a historiadores, numismáticos y amantes del patrimonio.