Juan Pita. Cinco estados de creación

El nombre de esta exposición “Pintura de cinco décadas” alude a los aproximadamente 50 años transcurridos desde que me vine a vivir y trabajar – como pintor y arquitecto – a Segovia desde Madrid, mi ciudad natal.

Los límites de la adscripción de las cuatro etapas en que clasifico mi pintura a las distintas décadas no son exactos ni precisos, son difusos y aproximados. Nunca doy una etapa por cerrada, mis temas suelen ser recurrentes. Algunas veces, incluso, vuelvo atrás para revisar o completar obras de etapas anteriores.

La primera década (aprox. 1973/83) es la única en la que hago pintura realista: pinto la naturaleza, paisaje o arquitectura que veo a mi alrededor, con técnica académica: tierras, árboles, muros, casas…

En la segunda década (aprox. 1983/93) hay un paso del realismo a la abstracción: elementos de aspecto real, con apariencia geológica, pétrea, magmática, cristalina, glaciar… se inscriben en escenarios irreales, de apariencia espacial, cósmica, de espacios vacíos… A ello alude el término “Geo” en el nombre de muchos cuadros.

En la tercera década (aprox. 1993/2003) paso a la abstracción pura, un camino muy habitual en todos los pintores de generaciones recientes como la mía. En el nombre de algunas obras puede leerse “repertorio”, pinturas acrílicas o al óleo que contienen repertorios de formas, texturas, colores, etc. Y “texcollage”, que remite a collages que ensamblan sobre un fondo de colores planos, fragmentos de lienzos pintados independiente y separadamente.

En la cuarta década (aprox. 2003/13) utilizo un lenguaje nuevo, el cibernético. Considero que las técnicas pictóricas son los idiomas de los que nos valemos los pintores para comunicarnos, y la informática es el nuevo lenguaje más común en nuestros días. Por eso lo incorporo a mi pintura en técnicas mixtas que combinan, en modo “collage” la pintura tradicional – acrílica o al óleo – con imágenes digitalizadas procesadas con programas de diseño gráfico. Esas imágenes digitales suelen ser grafismos – líneas rectas o curvas, paralelas, perpendiculares, concéntricas o excéntricas, convergentes o divergentes… – o texturas variadas. Puede verse el término “cybergraph” en el nombre de muchas obras.

En la quinta década (aprox. 2013/2023) desarrollo las técnicas mixtas de la década anterior, con un mayor protagonismo, en las imágenes digitalizadas, de escenas urbanas o de arquitectura, que van desplazando a los grafismos de la etapa anterior. En el nombre de muchas obras aparecen los términos “cyberurban”, “cyberarq”, “bauhaus”… Introduzco los planteamientos de un proyecto (“DIGIART”) que obtuvo un premio – “SEGOVIA 10” – del Ayuntamiento de la ciudad a la creación artística. La novedad del proyecto consistía en desarrollar las ideas anteriores en cuadros de gran formato sobre soportes distintos del tradicional rectángulo: “tondo” (o círculo), triángulo, rombo, díptico, tríptico, o combinaciones de soportes múltiples que confirieran al cuadro límites variables en las tres dimensiones.

Al asimilar las técnicas pictóricas al lenguaje con el que nos comunicamos los pintores, quiero destacar que me interesa “hablar” el mayor número de idiomas posible, y así en la exposición muestro dibujos a lápiz, carboncillo, pastel, pintura acrílica o al óleo y obra gráfica, grabados y serigrafías. Y también una amplia variedad de tamaños y formatos, diseñando en algunos casos marcos específicos para dotar a algunas obras de un carácter escenográfico.

En las líneas más recientes de las dos últimas décadas creo que puede apreciarse una fuerte influencia de la BAUHAUS, quizá el movimiento artístico más influyente del pasado siglo XX. No es ajeno a ello el ejercicio de mi otra profesión, la arquitectura, que he ejercido simultáneamente con la pintura en estas cinco décadas. De la arquitectura que aparece en mi pintura sólo me interesa la forma, la textura o el color (que a veces manipulo a mi antojo) al servicio de la composición.