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15 May 2021  

Titirimundi ve reducido 85.000€ de su presupuesto de uno de sus principales patrocinadores: la Junta de Castilla y León

La vida del Festival, en peligro, y el mundo del títere, con grave preocupación

El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi, que este año celebraría su 35 edición desde el 30 de agosto y hasta el 5 de septiembre, según se anunció hace dos meses, ve peligrar su existencia tras la publicación hoy de las subvenciones de la Junta de Castilla y León, uno de sus principales patrocinadores junto con el Ayuntamiento de Segovia. Como todos los años, había estimado formar parte del proyecto con la misma ambición de siempre y teniendo en cuenta el apoyo de la pasada edición y la importancia para la comunidad de la existencia de un festival con el calado y envergadura de Titirimundi, en cuya rueda de prensa de presentación del festival así lo hizo evidente.

La Junta de Castilla y León, que siempre ha apoyado al festival desde la comprensión del proyecto y su envergadura, ha repartido su partida presupuestaria concediendo a Titirimundi 14.752,17€, respecto a los 100.000 de ediciones pasadas, 65.000 de 2012 a 2014 o incluso 200.000 en 2007 auspiciándose en la idea de “crear una nueva estrategia de colaboración con más de 70 festivales de la comunidad con criterios de objetividad en la valoración”, según anuncia en su nota de prensa. “Con una reducción de 85.000€ respecto a años anteriores de uno de nuestros principales apoyos, vemos muy complicado poder llevar a cabo una nueva edición con el carácter del festival”, expresa Marián Palma. “Es positivo que se creen nuevos festivales y que se apoye a mayor número de eventos. Pero tendrán que ampliar el presupuesto en vez de reducir de esta manera drástica una aportación necesaria para que se sigan celebrando festivales de gran magnitud”, añade.

El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia cuenta con un presupuesto total de 220.000€ anuales aproximadamente, tal y como se comunica cada año, para traer a más de una treintena de compañías, realizar más de 250 funciones e impactar a nivel cultural y económico. De ese presupuesto, el Ayuntamiento aporta 100.000 además de su apoyo en el uso de las infraestructuras y espacios de la ciudad. Todo ello para celebrar un Festival en el que, según el estudio realizado por la UNED, tiene un retorno en la repercusión económica de la ciudad mayor de seis veces que lo aportado por el total de las subvenciones recibidas. Un festival que no solo es motor de las industrias culturales y creativas, sino cuyo impacto económico en el territorio se constituye como un espacio estratégico de cohesión cultural, reflexión social y una clara inversión, según se desvela.

Desde su nacimiento en 1985, Titirimundi ha sido un proyecto avalado por el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León “para impulsar el teatro de títeres en España desde la idea de su creador, Julio Michel, que como un visionario vio que era el territorio adecuado para crear un festival único en el mundo, como así ha sido, y enseñar y contribuir a cultivar la mirada hacia este especial mundo del teatro desde la infancia, valorar y ver el mundo de una forma más enriquecedora”, añade Palma.

Gracias a su característica línea de calidad y un espíritu único valorado por los espectadores y compañías, Titirimundi es uno de los festivales con mayor éxito a todos los niveles que ha convertido a Segovia en la meca del arte del teatro de títeres y ha potenciado el mundo de la marioneta en la comunidad de Castilla y León a través de sus redes y puntos de unión. “Como embajadores del títere y avalada por la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA) , nos parece una afrenta al gremio, puesto que el mundo del teatro y en concreto el arte del teatro de títeres es uno de los más afectados con la crisis en la que todos estamos inmersos”, afirma la directora del Festival, que ve con desamparo y con preocupación la continuidad del festival sin el apoyo institucional y sin una inversión que, como patrimonio de la ciudad de Segovia y bien de interés cultural en España, sea propiciada por todos los que se verán afectados si Titirimundi deja de existir.

“Quien quiera ver la repercusión mediática, económica y vital con un presupuesto habitualmente ya ajustado para la envergadura de un festival como Titirimundi, solo tiene que abrir los ojos”, explica Palma. “Quien haya disfrutado una sola vez de Titirimundi en su vida no lo olvidará. Con Julio Michel y su entregado equipo, formado por 2 personas durante el año y 12 durante su desarrollo, siempre hemos querido celebrar un festival como se celebra la Vida, volviendo a su esencia, una fiesta de los sentidos, ‘la irrupción de lo maravilloso en la vida cotidiana’, que decía Michel”, retoma Palma. Considerando el contexto actual, “si no hay una auténtica implicación nos resultará muy difícil continuar”, aclara.

Más información en: titirimundi.es