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07 Jun 2017  
 

                                                                                                                                                                                       

En la antesala del Centro Didáctico de la Judería existe una zona expositiva sobre Andrés Laguna, en la que también fuera su Casa-Palacio más conocida como Casa de Abraham Seneor (C/ Judería Vieja, 12). De esta forma se llevaba a cabo el merecido homenaje a este segoviano tan ilustre de carácter internacional.

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Andrés Laguna, médico y humanista, nació en torno a 1510 en el barrio judío de Segovia. Su origen converso es quizás la circunstancia que mejor explique sus tempranas inquietudes que habrían de convertirle en un incansable viajero por toda la geografía europea.

De su padre heredó la afición por la medicina y la botánica, esta última, considerada una disciplina de vital importancia en la práctica terapéutica de la época ya que al reino vegetal se le atribuía la funcionalidad de la curación en el mantenimiento de la vida humana.

Pasó por ciudades como Salamanca, París, Colonia, Lisboa, Toledo o Londres donde aprendió griego, filosofía, anatomía así como medicina de la mano de grandes maestros. Será en la ciudad fronteriza de Metz donde realice una labor encomiable combatiendo con sus remedios las pestes de los años 42 y 43.

En Bolonia adquiere el título de Doctor y en Roma, entre otros, los de Soldado de San Pedro y Médico de Cámara del papa Julio III. Será en Italia donde Laguna trabaje en su obra culmen, la traducción y comentarios a “De materia médica”, el compendio clásico de famacopea de Dioscórides, médico griego del siglo I. El Dioscórides de Laguna se difundirá en la práctica médica española, siendo referencia obligada en la descripción de sustancias medicinales al menos hasta finales del siglo XVIII, llegando a tener dieciséis ediciones.

andes laguna

Laguna volverá a España a finales de 1557. Todavía formará parte de la comitiva que habría de recibir en Roncesvalles a Isabel de Valois, camino de su boda con Felipe II. No llegará a término del viaje. En el trayecto, el 28 de diciembre de 1559 fallece en Guadalajara y su cadáver será trasladado a Segovia, donde descansa junto a los restos de su familia en una capilla lateral de la iglesia de San Miguel, en la Plaza Mayor.

Con una vida tan viajera se diría que Andrés Laguna manifestaba desafección hacia su ciudad natal, pero no es así. Buena parte de sus periplos europeos se debieron a intereses científicos y circunstancias personales, teniendo siempre presente su lugar de origen. Lo prueba, junto a numerosas alusiones en sus escritos a su tierra natal, el hecho de que firmara sus obras como Andrés Laguna Segobiensis, gentilicio que acompañaba a los principales títulos adquiridos en italia.