Enclave situado a los pies de los montes conocidos como “Montón de trigo” y “Montón de Paja”, y que cuentan con una leyenda muy popular:
“Cuentan que un hombre muy rico, pero avaro y codicioso, tenía a su servicio a personas que trabajaban de sol a sol por un mísero jornal. Día tras día iba acumulando la cosecha en dos grandes montones de trigo y de paja. Cuando unos pobres vagabundos le pidieron limosna, él se negó diciendo que no tenía dinero. Y en ese momento una gran tormenta cubrió los cielos y cuando pasó, el avaro hombre vio como los montones de trigo y paja se habían convertido en enormes cerros de piedra”.