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Ruta de San Juan de la Cruz

La ruta recorre los lugares más destacados en la vida de San Juan durante los tres años que duró su estancia en Segovia.

El paseo recorre el camino que une los dos conventos de Carmelitas Descalzos de la ciudad: el convento femenino de San José intramuros y el convento a orillas del rio Eresma, donde fue prior.

San Juan subía diariamente a confesar a las monjas que residían en el convento de San José, en un camino que unía el arrabal con la ciudad alta.

Es un recorrido tranquilo y agradable, que nos acercará a este poeta cumbre de la poesía mística.

En este itinerario encontraremos unas pequeñas placas metálicas en distintos lugares, con reproducciones de algunos de sus versos. 

La primera parada es la capilla de san José dentro de la Catedral en la girola donde se encuentran las imágenes de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. 

Desde la Catedral, por la calle Martínez campos y calle Almuzara, nos dirigiremos a la plaza de la Merced, donde se encuentra el Convento de Carmelitas Descalzas de San José, novena fundación de la Santa.  

Bordeando el convento por la calle de las descalzas llegaremos a la plaza del Vallejo donde encontraremos la escultura de bronce sobre un pedestal de granito, dedicada a San Juan de la Cruz, obra de José María García Moro.

Tomando el paseo de San Juan de la Cruz y una inscripción en el granito de una fuente indica el lugar donde se sentaba a descansar .

Este espacio tiene una gran simbología en relación con la obra poética de San Juan.

A los pies de la Puerta De Santiago en la muralla de Segovia, próximo al jardín de los poetas, hay una placa que recuerda los versos del poeta.

El paseo coincide en este recorrido con el camino de Santiago, desciende por el paseo que lleva el nombre del santo, atraviesa el puente del barrio de San Marcos y llega a la explanada de la Fuencisla en el valle del Río Eresma, el valle espiritual de Segovia.

Allí, se encuentra el convento de los Carmelitas descalzos fundado por San Juan en 1586.

En la puerta del convento está grabado en piedra su poema ¡Oh llama de amor viva! situado en un lugar precioso rodeado del susurro del agua y de la vegetación... No es de extrañar que San Juan de la Cruz se retirase de vez en cuando a meditar en una cueva que había en lo alto de un cerro donde las vistas sobre el valle son espectaculares.

San Juan de la Cruz muere en 1591 en Úbeda, cuando estaba a punto de ser exiliado por el Carmelo Calzado a América.

Una disputa por la posesión de sus restos, provocaron que fuera trasladado de forma clandestina al convento de Segovia donde en la actualidad se encuentra su sepulcro.

Al poco tiempo de llegar a Segovia su cuerpo tuvo que ser troceado y un par de extremidades viajaron al monasterio de Úbeda.

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