Pasar al contenido principal
19 Dic 2017  
 

La diversidad de formas de vida es el resultado de pasadas bifurcaciones en el camino evolutivo. Una de las más relevantes es la relacionada con el movimiento. Richard Dawkins sugiere que la diferencia entre animales y plantas es, precisamente, la capacidad de los primeros para viajar de forma autónoma. Para el biólogo evolutivo, los animales viajan porque, en última instancia, se alimentan de plantas, mientras que éstas permanecen quietas porque pueden fabricar su propio alimento a partir de la luz solar. Si la capacidad para viajar es lo que nos hace animales, quizá sea la conciencia del viaje lo que nos hace humanos. Y no sólo eso, también los motivos para emprender el viaje, que en nuestro caso no se a la búsqueda de alimento. Si Sancho inicia su aventura guiado por motivos puramente materiales (al igual que el Jonathan Harker de Stoker o el Bilbo Bolsón de Tolkien), para Don Quijote es el único medio de encontrar su verdadero yo a base de enderezar entuertos. A los movimientos migratorios y éxodos de ayer, motivados por la búsqueda del oro, la mejora de condiciones de vida, la esclavitud o la huida, se suman hoy los millones de turistas que cada día recorren el planeta buscando nuevas experiencias y que han hecho que el turismo suponga hoy en día en torno al 10% de la economía mundial. El arte y la literatura, desde la mitología clásica, se han nutrido de estos impulsos que han empujado a los seres humanos al viaje dando lugar incluso a la creación de géneros propios como la literatura de viajes, la bildungsroman (novela de aprendizaje donde el viaje interior puede estar, o no, enmarcado en un viaje físico), o el género cinematográfico de las road movies. Ejemplos son los Viajes por África occidental de Mary Kingsley, El Danubio de Claudio Magris, Diarios de Motocicleta de Ernesto "Che" Guevara, o incluso la propia vida como camino de aprendizaje que nos presenta Miguel Delibes en El camino y que entronca con el concepto oriental del dô. Cualesquiera sean los motivos para iniciarlo, el viaje cambia al viajero, bien a través de un proceso de introspección (el camino de baldosas amarillas o la madriguera del conejo blanco, no llevan más que a nuestro subconsciente), bien al ponerlo bruscamente en contacto con otras realidades (el relato de Conrad en El corazón de las tinieblas, o la inquietante percepción de la dualidad occidente-oriente con la que se inaugura el Drácula de Stoker). El presente congreso pretende abordar las implicaciones que el viaje tiene, tanto para los viajeros como para los lugares que estos visitan. La interacción entre ideas y culturas que todo viaje proporciona, son fuente de diversidad y riqueza, pero no podemos olvidar que, también, son muchas las voces que nos alertan sobre la sobre explotación de los recursos de los lugares de destino y sobre la pérdida de valores culturales que el turismo puede suponer para los lugares de destino. A través de las propuestas temáticas que a continuación se presentan, la Asociación Interdisciplinar Iberoamericana de Ecocrítica pretende dar respuesta a todas estas cuestiones.

 

Segovia acogerá entre el 20 y el 22 de junio de 2018 este Congreso.

Propuestas temáticas:

Crónicas de viajes y viajeros.
Turismo y ecocrítica: turismo sostenible, eco turismo.
El viaje interior: el camino como aprendizaje.
Mística y mitología del camino.
Camino y turismo.
Viajes en el tiempo y distopías.
Éxodo y desarraigo.
Externalidades negativas del turismo: turismo sexual, gentrificación y turismofobia.
Otras formas de viajar: turismo cultural, turismo gastronómico, turismo de experiencias.

 

Más información: http://www.asociacionecocritica.org/congreso-internacional-literatura-ecocritica-2018

 

CongresoEcocritica2018.png