Pasar al contenido principal

Antonio Machado y la II República

 

machado 14 de abril

El 14 de febrero de 1931 la Agrupación al Servicio de la República formada por Antonio Machado, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala (de izquierda a derecha en la foto) fue noticia nacional al presentar su ideario en el teatro Juan Bravo de Segovia.

Las crónicas nos dicen que los oradores pidieron al pueblo segoviano que se rebelara contra los vicios del pasado arremetiendo contra la Monaquía de Alfonso XIII. El mitin, que había estado a punto de ser prohibido, resultó un éxito que sus ilustres protagonistas celebraron después en el hotel Comercio Europeo con «brindis fervorosos» por la República.

Dos meses mas tarde y tal día como hoy, 14 de abril, hace 89 años, Antonio Machado izaba la bandera republicana en el balcón del Ayuntamiento de Segovia junto con su amigo Antonio Ballesteros.

 

 «La Voz de España» publicaba en 1937 conmemorativamente este artículo de Machado titulado «El 14 de abril de 1931 en Segovia»:

Fue un día profundamente alegre muchos que ya éramos viejos no recordábamos otro más alegre, un día maravilloso en que la naturaleza y la historia parecían fundirse para vibrar juntas en el alma de los poetas y en los labios de los niños.

Mi amigo Antonio Ballesteros y yo izamos en el Ayuntamiento la bandera tricolor. Se cantó La Marsellesa; sonaron los compases del Himno de Riego. La Internacional no había sonado todavía. Era muy legítimo nuestro regocijo. La República había venido por sus cabales, de un modo perfecto, como resultado de unas elecciones. Todo un régimen caía sin sangre, para asombro del mundo. Ni siquiera el crimen profético de un loco, que hubiera eliminado a un traidor, turbó la paz de aquellas horas. La República salía de las urnas acabada y perfecta, como Minerva de la cabeza de Júpiter.

Así recuerdo yo el 14 de abril de 1931.”

 

Estos recuerdos dan fe del espíritu que impregnó las calles de Segovia tras la proclamación de la II República, porque los segovianos no fueron ajenos al entusiasmo generalizado y vivieron la llegada del nuevo régimen con alegría y esperanzas en el futuro.

Segovia fue en los primeros meses de 1931 un hervidero de ideas progresistas incubadas al calor de los institutos de enseñanza, la prensa, las profesiones liberales y un mundo obrero organizado y con fuerza que encontró una mano tendida en intelectuales de peso y con conciencia política.