¡Que salga Aristófanes!

Los años pasan por todos, pero no todos pasan igual por los años. 2022 ha sido uno esférico para Els Joglars, compañía con estrella de favorita en el Juan Bravo; compañía estrella siempre en el Juan Bravo. De aforos completos y cifras redondas. Y como 60 años de trayectoria, 40 espectáculos producidos y 10 años de dirección de Ramón Fontseré, son tantos años como para no tomárselos a risa, lo mejor es llamar al gran comediógrafo de la antigua Grecia; así que, ¡Que salga Aristófanes! y cuente lo que tenga que contar.

Por ejemplo, que el arte debe ser libre y romper las cadenas de esta sociedad sobreprotectora, incapaz de entender la sátira y el humor. Por ejemplo, que el arte debe ser ajeno a la moral. Que debe recordar la filosofía de Chaplin o Molière. Que debe dejar de entregarse, con fe ciega, a la religión de los sentimientos. Que no debe encender hogueras en redes sociales para quemar a quien, desde el respeto, discrepa. Que no debe, en resumen, ser hipócrita ni falso. Que debe ser honesto con la verdad y también con la realidad. Porque... «¿el arte define la moral o es la moral la que define al arte?»
Por ello, dejemos que un catedrático destituido nos muestre, desde las secuelas de su dolor, rabia y tristeza, al Aristófanes que lleva dentro. A su fugitivo de los tabús intocables. Y no se ofendan, siendo cómico se atreverá a decir «palabras tal vez amargas, pero verdadera