Cabeza Grande
Iniciamos la ruta junto a “la bomba” (antigua fuente de abastecimiento de la población) y cruzamos la N-603 de frente. Seguimos el camino a nuestra izquierda unos metros y nos dirigimos hacia unas puertas de hierro. Estamos en el camino de Valsaín y, dado que discurre por una finca particular de uso ganadero, hay que cerrar todas aquellas porteras que nos encontremos. Vamos poco a poco ascendiendo entre encinas hasta llegar a un rancho y corrales, que dejamos a nuestra izquierda. Seguimos de frente, dejando un camino a nuestra derecha y, a pocos metros, otro a la izquierda.
Salimos del encinar para disfrutar de las vistas de la Mujer Muerta y el piedemonte. Justo enfrente de nosotros se levanta nuestro objetivo, el cerro de Cabeza Grande. La vegetación dominante es un matorral de varias especies aromáticas: cantuesos, tomillos, botoneras y perpetuas. En esta zona no será difícil ver a la abubilla pasar volando rápidamente al notar nuestra presencia. Otras veces la podremos observar en el suelo apeonando en busca de insectos. Llegamos a una portera por la que salimos de la finca ganadera y nos incorporamos a otro camino. A 150 m más adelante, tomamos el primer camino a la derecha al igual que en el siguiente cruce. A escasos 100 m, nos desviamos de nuevo por el camino de la derecha para iniciar la ascensión al cerro de Cabeza Grande, entre encinas y algunos ejemplares de pino silvestre. Llegamos a una pértiga que impide el paso a vehículos y la cruzamos por la puerta giratoria.
Durante todo el ascenso podemos ver distintas (pero igual de espectaculares) vistas de la llanura que se extiende hacia Segovia con la catedral dominando la escena y hacia la zona de San Ildefonso, con el esquileo de Santillana, La Atalaya y Peñalara.
Mientras nos deleitamos con las distintas vistas, el camino zigzaguea y, en una curva a izquierdas, nos encontramos con un mojón de deslinde de Carlos III, con la corona tallada. No será difícil distinguir alguna zona donde los jabalíes hayan hozado el suelo con su jeta en busca de raíces y lombrices. A medida que vamos ascendiendo y acercándonos a la cumbre, nos vamos encontrando ya con restos de edificaciones: viviendas, fortines, puestos de tirador… El camino marcado se va perdiendo, pero no es difícil llegar hasta el vértice geodésico. Enfrente aún se conserva el lugar donde las tropas nacionales tenían colocada la bandera.
Las vistas desde aquí son de 360 º. En este lugar percibimos lo cerca que estaba la población de Revenga de este escenario bélico. El conjunto de trincheras, pozos de tirador, nidos de ametralladora y fortines (algunos de ellos todavía conservando inscripciones) merece una visita detenida.
Una vez visitadas las ruinas de las distintas posiciones, volvemos a bajar por el mismo recorrido, pero en vez de entrar por la finca ganadera, seguimos de frente por el camino de la izquierda, que nos llevará a la Cañada Real Soriana Occidental para desviarnos a la derecha y bajar a Revenga por el camino de Cabeza Gatos que pasa por el depósito de agua.
MIDE
Duración | 1,45 horas |
Desnivel de subida | 270 m |
Desnivel de bajada | 270 m |
Distancia horizontal | 7,8 km |
Tipo de Recorrido | Circular |
Pendiente máxima | 28,2%, -29,4% |
Pendiente media | 8,0%, -7,2% |
Severidad del medio natural | 2 |
Orientación en el itinerario | 2 |
Dificultad del desplazamiento | 2 |
Cantidad de esfuerzo necesario | 2 |
Tipo de Recorrido | Circular |
Estación de visita recomendada | Primavera, otoño e invierno |
Mapa de la ruta
Datos de interés
La batalla de La Granja u ofensiva de Segovia, tuvo lugar entre el 30 de mayo y el 4 de junio de 1937. Se trataba de una maniobra para atraer tropas del bando nacional y aliviar el frente norte y el cerco de Bilbao. Uno de los lugares donde se entablaron los más furiosos combates fue el cerro de Cabeza Grande. Los republicanos lograron tomar la posición la noche del día 31 de mayo, pero la perdieron el día 1. A pesar de realizar un nuevo contraataque, la posición no fue recuperada. El día 4 finalizaron las hostilidades, no sufriendo el frente ninguna variación.
Carlos III “compró” los Montes y Matas de Valsaín, Pirón y Riofrío en el año 1761. Para deslindar esta propiedad, mandó colocar una serie de mojones de piedra con la corona grabada y el año. En algunos puntos del término de Revenga, como en la subida a Cabeza Grande o en los límites de la Dehesa de Aldeanueva, podemos ver algunos de estos cotos.
En Cabeza Grande y en la finca del Marqués (la finca ganadera que se atraviesa al comienzo de la ruta) se hacía cisco (carbón vegetal menudo). Para ello se usaba la ramera de la encina, es decir, las ramas finas. Se ataban en gavillas y con unos horcones se llevaban a una hoguera o cisquera. Se iba apagando poco a poco con
agua. Los vecinos iban en cuadrillas, trabajando para los carboneros de Segovia, que les pagaban por kilogramos.