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Past and present of two European Mints

Segovia and Hall in Tyrol (Austria)

Karl Rudolf

The cities of Segovia and Hall were very important in economic terms in the early modern period and they harboured, for centuries, mints that were closed during the 19th century. In both cities, in the second half of the 19th century, the novel technique of minting coins using a drill was applied. In the end, these machines replaced the people who, up to that moment, used the traditional system of coining with a hammer. The corresponding buildings that housed the machinery, after the stoppage in the production of coins and the dismantling of the facilities, were used until the second half of the 20th century for other purposes and, with the passing of time, they were in a very deteriorated state. However, collective memory and the interest of both cities in saving and revitalizing both architectural complexes led to the idea of a restoration with the aim of making visible the old architectural structure, but also to readdress them towards new functions as a public space and museum, where visitors would be able to follow the history of the building and the old coining techniques. All this resulted in different restoration and regeneration projects in each of the cities that have been accomplished in the last years. In the Mint of Hall there is, since 2003, a replica of the machine with which, in the 15th century, the minting of coins entered a new stage.

 

 

RELACIONES

A pesar de disponer en la segunda mitad del siglo XVI de una red de cecas en sus territorios, Felipe II, reconociendo la importancia de la nueva técnica de acuñar, decide instalar una nueva Casa Moneda. La historia de ésta arranca a finales de 1580 con la decisión de Felipe II de introducir en sus reinos la nueva técnica de acuñar monedas a rodillo. Le habían llegado informaciones de una novedosa máquina accionada hidráulicamente que fue llevada a la perfección en los años sesenta en Tirol y desde 1567 acuñaba en la ceca de Hall en Tirol, propiedad del archiduque Fernando de Tirol, primo de Felipe II. El nuevo ingenio garantizaba una mejor calidad de monedas, producidas de forma mecánica con más rapidez, y no a mano con un martillo, reduciendo de esta forma el personal y los gastos, lo que redundaba en un significativo ahorro. En 1582, estando Felipe II en Portugal, se formalizó la solicitud, se fijó el precio del ingenio, la manera de enviarlo y las necesidades arquitectónicas y técnicas para colocarlo.

Consistió esta planta industrial, se diría hoy en día, de un edificio, de las instalaciones hidráulicas – un canal y las ruedas de madera con sus ejes -, y de la propia maquinaria. Estaba previsto, que, mientras el ingenio se construía en la ceca de Hall en Tirol, se prepararía en España la estructura necesaria para colocarla. Debería todo estar terminado en el momento de la llegada de la maquinaria, finalmente regalada por el archiduque Fernando a su primo Felipe II.

Se mandó, en consecuencia, desde el Tirol a España un grupo de artesanos y obreros especializados. En 1583 se decidió que Segovia sería la sede de la nueva Casa de la Moneda, donde Felipe II había comprado en la ribera del Eresma un molino harinero y de papel. A finales de este año se empezaron los trabajos, supervisados por el arquitecto real Juan de Herrera, terminando en 1584 con el primer edificio de la nueva Casa de la Moneda de Segovia y las instalaciones hidráulicas, especialmente un canal de madera que conducía el agua del río hacia las ruedas que deberían accionar la maquinaria. En 1585 llegó a Segovia el ingenio, después de un largo viaje, acompañado de un grupo de monederos de Hall en Tirol, que lo pusieron en función el real ingenio. Al año siguiente arrancó la producción regular de monedas de una calidad hasta ahora desconocida en España, que se continuó hasta la segunda mitad del siglo XVIII cuando se introdujeron las prensas a volante. En 1868 la Casa de la Moneda de Segovia cerró sus puertas.

La ciudad de Hall en Tirol se encuentra al este de Innsbruck, capital de Tirol, a una distancia de 10 km, en el valle del río Inn. Tiene su origen en la Edad Media y ha celebrado en 2003 sus 700 años como ciudad. En el mismo año abrió sus puertas el renovado Museo de la Casa de la Moneda de Hall (Münze Hall). La recuperación de la tecnología del siglo XVI, que en el caso de la Moneda de Hall se ha conseguido con la reconstrucción del ingenio a rodillo, que funciona a pleno ritmo.

El habsburgo Sigmund der Münzreiche (Segismundo, el Rico en Monedas, 1446-1490), archiduque de Austria y conde de Tirol, en el siglo XV, exactamente en 1477, fijó en Hall, punto neurálgico donde se cruzaron las rutas comerciales del este y del oeste y del norte y del sur, su Casa de la Moneda, en una ciudad que en ese momento era más importante que Innsbruck, hoy en día capital del Tirol. En Hall se desarrolló a partir de 1482 un nuevo sistema monetario que culminó en la acuñación del “Taler” en plata, una moneda que a partir del siglo XVI ganó una enorme importancia. Un punto decisivo era que no muy lejos de Hall, en las montañas cerca de la ciudad de Schwaz, existieron minas ricas de plata que procuraron la materia prima y con la ayuda del nuevo ingenio construido en Tirol, que sustituió en Hall la acuñación a martillo en 1571, a finales del siglo XVI se acuñaron grandes cantidades de plata. Por 180 años se mantuvo el ingenio en Hall en función, hasta la época de la emperatriz María Teresa en el siglo XVIII. Entonces se cambió, alrededor de 1750, a la acuñación a volante. La historia de la Moneda de Hall terminó en 1809, en la época de las guerras napoleónicas, cuando en los años de la ocupación del Tirol por parte de tropas bávaras, aliadas de los franceses, durante la lucha de los Tiroleses, liderados por Andreas Hofer, se cerró la Casa de la Moneda de Hall. El castillo de Hasegg entonces se convirtió en un edificio que no tenía nada que ver con su pasado, y solo a partir de 1975 empezó el proceso de recuperación.

El aspecto histórico y el aspecto actual fueron a partitr de 2003 tema de los fructíferos contactos entre los ayuntamientos de Segovia y de Hall, dos ciudades con conjuntos históricos importantes de los cuales forman parte las Casas de la Moneda. Tuvieron su inicio una serie de actividades, entre ellas las visitas de los alcaldes respectivos en los años 2004 y 2005 y, dentro de un convenio de colaboración, coloquios y encuentros especializados en los años 2004, 2006 y 2007 sobre las temas actuales e históricas de las dos cecas. Los resultados del primer simposio del año 2004 fueron publicados en el volumen Casas de la Moneda. Segovia y Hall en Tirol (editado por el Ayuntamiento de Segovia y el Instituto Histórico Austríaco, Segovia, 2007).