El valle del Clamores comienza en lo que fue la antigua Morería, hoy barrio de San Millán. Verás que es un valle sin río ya que fue soterrado a mediados del siglo XX.
Toma el camino que verás a 100 metros aproximadamente del puente de Sancti Spiritu, bajando por la Cuesta de los Hoyos.
Este camino conduce a una pequeña explanada con unas vistas privilegiadas de la Muralla. Aquí asalta la sensación de abandono de la ciudad al introducirte en una vegetación exuberante; en primavera y verano, además, te acompañará el canto del ruiseñor.
Es este un entorno de gran riqueza por las numerosas especies arbóreas que nos rodean (olmos, almeces, acacias, saúcos…) y donde disfrutaremos también observando el aleteo de petirrojos entre los arbustos o mirlos, herrerillos, jilgueros o verderones que se dejan ver por este lugar.
A lo largo de esta primera parte del camino llevaremos la Muralla a nuestra derecha y nos acompañará también la esbelta torre de la Catedral. A la izquierda dejaremos el Pinarillo, el antiguo cementerio judío, al otro lado de la carretera.
Siguiendo el camino llegaremos al puente de la Estrella. Este puente unía el barrio de San Andrés (barrio judío en la época medieval) con su cementerio, situado en la ladera del Pinarillo. Siguiendo este sendero, iremos encontrando varios accesos que conectan el valle con la ciudad.
Pronto aparece una zona de huertas, a los pies de la Muralla, que te deslumbrará por las bellas vistas de la torre de la Catedral, la Puerta de San Andrés y la Casa del Sol, hoy Museo de Segovia.
Fijándose en la roca, se aprecia cómo la erosión fluvial y otros fenómenos geológicos han generado las características formas del valle a modo de cuevas que sirvieron en su día como refugio y hoy dan cobijo a grajillas, chovas piquirrojas o palomas bravías. También en la pared caliza observamos la presencia de sarcocapnos; esta planta, conocida como “zapatitos de la Virgen” crece formando pequeños rosetones y cascadas de florecillas de color blanco, rosa y amarillo.
Continuando el paseo por el fondo del valle, pocos minutos después, encontramos los restos del puente del Piojo, que unía el Alcázar con el valle. Su curioso nombre se debe a un pequeño manantial situado en el camino, junto a una zona de grandes castaños. Continuamos caminando y muy pronto alcanzaremos la pradera de San Marcos, donde confluyen los ríos Clamores y Eresma. El Alcázar se levanta ante nuestra mirada.
- Punto inicio: Puente de Sancti Spiritu
- Punto final: Pradera de San Marcos (inicio del paseo por el valle del Eresma)
- Duración: 30 minutos
- Distancia: 1,6 km • Dificultad: baja
- Accesibilidad: alta
- No es posible realizar esta ruta en bicicleta.