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Los otros acueductos

 

La presencia romana en España dejó varios ejemplos de construcciones hidráulicas en varios puntos de la geografía nacional

En los siete siglos que ocuparon la Península Ibérica, desde su desembarco en Ampurias hasta la llegada de los Visigodos, los romanos dejaron un importante legado de construcciones en Hispania como anfiteatros, circos o templos, aunque probablemente sean sus acueductos una de sus obras más emblemáticas que han llegado hasta la actualidad.

Si bien es cierto que el de Segovia es, por su importancia, el que tiene mayor relevancia histórica, existen otros ejemplos por todo el territorio nacional que con longitudes kilométricas, alturas de hasta tres hileras de arcos e incluso excavados en las rocas, forman parte de la huella romana en España.

En Tarragona puede verse el Acueducto de Les Ferreres, también conocido como Puente de Diablo, fue construido en el siglo I d.C. y se extendía a lo largo de más de 10 kilómetros para abastecer de agua a la ciudad de Tarraco. Cuenta con dos hiladas de arcos (25 en la superior y 11 en la inferior) y llega a alcanzar una altura de 27 metros.

El acueducto, que se encuentra en buen estado de conservación, está ubicado a las afueras de la ciudad de Tarragona y se puede llegar a él dejando el coche en un aparcamiento junto a la N-240 o en autobús, cogiendo las líneas 85 o 5 en varios puntos de la capital. También se puede ver, desde la distancia, desde el mirador del área de descanso de la AP-7 (km 246). Como curiosidad, está permitido pasear por el canal superior de la infraestructura por donde durante un tiempo pasó el agua.

En Mérida se encuentra el acueducto de los Milagros, levantado en el siglo I d.C. para transportar agua desde el pantano de Proserpina, al norte de la provincia de Badajoz, hasta Emerita Augusta. A diferencia de los anteriores, se utilizó ladrillo y granito para su construcción, y alcanza los 27 metros de altura sobre el río Albarregas. Se le denominó 'Los Milagros' por la admiración que causaba entre los habitantes de Mérida y los visitantes su buen estado de conservación. A pesar de que algunos de sus arcos y pilares se han derrumbado, aún se conserva gran parte de su estructura, en concreto hasta 73 pilares, que se extienden a lo largo de más de 800 metros de longitud. La construcción se encuentra al norte de la ciudad de Mérida, a escasos metros del centro urbano, y está ubicada sobre un parque público abierto todo el día, por lo que se puede pasear bajo el acueducto y observarlo desde cualquier punto de vista.

Los acueductos no solo consisten en altas construcciones de piedra con arcos. Un ejemplo de ello es este acueducto que une las localidades turolenses de Albarracín y Cella, que consiste en un conjunto de galerías subterráneas, arcos, canales y pozos verticales. Se trata de una de las construcciones más importantes de ingeniería romana de Aragón caracterizada por la gran cantidad de excavaciones bajo tierra. Fue construido en el siglo I d.C., discurre por el interior y el exterior de rocas y edificios, y estuvo en funcionamiento hasta el siglo XII. De sus 25 kilómetros de longitud, 9 son túneles, y se puede recorrer la ruta casi en su totalidad de manera gratuita y libre.

En Valencia se encuentra el acueducto de Peña Cortada, situado en la localidad de Chelva, y que está construido como un gran junto a escarpadas montañas y un conjunto de cuevas y túneles subterráneos que suman unos 28 kilómetros de longitud. Fue construido, al igual que la mayoría, en el siglo I d.C.,

El complejo está ubicado a lo largo de un sendero de aproximadamente 12 kilómetros que une los municipios de Chelva y Calles, y en su trayecto, además de poder pasar sobre la alta estructura de arcos del acueducto, el visitante puede adentrarse por los estrechos canales y túneles excavados en la roca.

 

Noticia publicada el 11 de agosto de 2019 en eladelantadodesegovia.com