El Ayuntamiento de Segovia ha iniciado las pruebas para incrementar la zona vedada al tráfico de protección del Acueducto, medida que se quiere implementar en septiembre. Según explicó el alcalde en funciones, Alfonso Reguera, el proyecto tiene tres fases. En una primera se habilitarían conos y elementos móviles para separar la zona peatonal. Tras unos días de estudio del trazado, se procedería a adelantar los pilones actuales de protección a la nueva linde. Posteriormente, en una tercera fase, se procedería a la sustitución del adoquinado por un acerado más en consonancia con un espacio urbano peatonalizado. La medida, aunque sea su fase experimental, se quiere implementar sin más dilación en septiembre.
Durante estos días técnicos de tráfico han estado probando sobre el terreno las soluciones barajadas. Básicamente, se contempla ganar metros en la zona central con accesos tanto desde el corredor de Ochoa Ondátegui a la plaza Oriental, donde esta la parada de taxis que seguiría más o menos como está hoy, y por la calle San Juan.
El problema, o uno de ellos, está en los autobuses que bajan y suben por San Juan. "Aunque en teoría tu trazas al compás el radio giro y calculas cómo pueden pasar los autobuses en la práctica esto es bastante más complicado", explicó Reguera, añadiendo que se están estudiando las diversas alternativas para compatibilizar el tráfico de autobuses con la nueva zona de protección. Entre ellas, aunque poco probable, la posibilidad de que la zona peatonal sea excepcional y exclusivamente apta para autobuses.
Otro problema estriba en la función de "muelle de carga y descarga" de vehículos particulares que tiene actualmente la zona de los bolardos. Aunque teóricamente está prohibido, la zona es habitualmente utilizada por los segovianos para cargar y descargar pasajeros. Es el punto de encuentro de recogida y bajada clásico de la ciudad. La nueva configuración impedirá de todas todas esta funcionalidad, obligando a habilitar un "muelle" en otra zona más alejada, probablemente, en el inicio del estacionamiento de Vía Roma.
A más largo plazo la solución pasa por una reconfiguración integral del entorno, y a más largo plazo todavía, por la construcción de una nueva estación o apeadero de autobuses, "sin que suponga cerrar la actual", recalcó Reguera, más arriba del inicio del Acueducto para que la plaza Oriental deje de ser el núcleo del transporte público capitalino.
Noticia publicada en www.acueducto2.com el 4 de agosto de 2017