La Catedral de segovia fue consagrada el 16 de julio de 1768, 243 años después de que se pusiera la primera piedra y coincidiendo con la consagración de la antigua catedral, también un 16 de julio, pero de 1228.
El próximo domingo 16 de julio se cumplen 255 años desde que se procediera a la Solemne Consagración y Bendición de la Catedral de Segovia y el Cabildo celebra esta importante fecha.
La misa de conmemoración será el lunes 17 de julio, a las 10:00, en la capilla del Santísimo. Unos días antes, el sábado 15 de julio, a las 19:00, la Catedral albergará la ordenación de diácono de Alberto Janusz Kasprzykowski Esteban. Será presidida por el obispo de Segovia, César Franco, en un acto lleno de simbolismo por la incorporación al estado clerical y la incardinación de Janusz a la Diócesis.
Conferencia sobre la construcción de la Catedral
El martes 18, a las 20:00, la Sala Capitular acoge la conferencia “El Cabildo de Segovia: los canónigos y la construcción de la Catedral”. Impartida por el canónigo doctoral, José-Miguel Espinosa Sarmiento, girará sobre el papel principal de los canónigos desde el siglo XVI, y de la propia institución capitular, para hacer posible el patrimonio artístico, histórico y religioso del actual templo catedralicio.
Además de la importancia de las ofrendas del Cabildo y la clerecía en las tres fases de construcción, durante la conferencia se hablará sobre canónigos reseñables en la fábrica catedralicia y, de los que desde su función dentro de la institución catedralicia, legaron un templo para alabanza a Dios y seña de identidad segoviana ante al mundo. El acceso será libre hasta completar aforo.
José-Miguel Espinosa Sarmiento es autor del libro “Los canónigos de la Catedral de Segovia desde el siglo XVI”, presentado el pasado 28 de junio. Esta publicación es fruto de una investigación de cuatro años en el Archivo Capitular y en decenas de archivos a nivel nacional.
De la construcción de la Catedral hasta su consagración
La consagración al culto de la Catedral de Segovia tuvo lugar hace 255 años, un 16 de julio. Para llegar hasta ese momento, la Catedral de Segovia pasó por un proceso de tres campañas constructivas que se prolongaron, oficialmente, hasta el año 1684 con el inicio de la construcción de la Capilla de los Ayala Berganza, exponente barroco de la época, y que quedó terminada en 1730.
Para ir al inicio de la construcción del templo hay que remontarse al 8 de junio de 1525 con la colocación de la primera piedra. Los trabajos se centraron en la fachada occidental y el maestro de obras, Rodrigo Gil de Hontañón, y su aparejador, García de Cubillas, se apresuraban a cerrar el crucero junto con la nave central, laterales y las capillas hornacinas. Uno de los motivos era trasladar al Santísimo Sacramento cuanto antes y comenzar con la función litúrgica del templo.
Este traslado y, la primera Eucaristía, se produjeron el 15 de agosto de 1558, coincidiendo con la festividad de la Asunción de la Virgen al Cielo a quien está dedicada el templo, junto al Patrón de la Diócesis, San Frutos. El acto de traslación del Santísimo comenzó a las siete de la mañana desde el ya desaparecido convento de Santa Clara, que hoy quedaría ubicado en la cabecera de la Catedral, y se adentró en la Catedral a través de la Puerta del Perdón. La primera Eucaristía en este templo católico fue presidida por el obispo D. Gaspar de Zúñiga y Avellaneda.
Según recogió el ilustre historiador segoviano, Diego De Colmenares, la procesión del traslado y los actos organizados en torno a ella gozaron de un amplio despliegue procesional y de festejos como muestra de devoción del pueblo segoviano hacia Dios y la Virgen. En cuanto a la procesión, instrumentos musicales, cofradías y numerosas parroquias abrían el desfile que contaba, como punto principal, con el traslado de las reliquias de San Frutos y sus hermanos –San Valentín y Santa Engracia-, de la imagen de Nuestra Señora de la Paz, portada por 12 clérigos, para cerrar la procesión el Santísimo Sacramento que se situaba bajo un rico palio portado por 24 regidores y caballeros.
En cuanto a los festejos de este día, antesala de la Consagración del templo que ocurriría 210 años después, la ciudad se llenó de luminarias, se corrieron toros el día anterior y las calles se iluminaron con hachones y con animales de fuego.
“Todo el ventanaje de nuestra ciudad cuajado de luces. Y como por la altura de su sitio está descubierta a las llanuras de Castilla la Vieja, de muchos de sus pueblos se divisaban las luces que sin duda pasaban de veinte mil” Diego de Colmenares 1586-1651
La segunda y tercera campañas constructivas se iban sucediendo a pesar de los continuos problemas de financiación por parte de la fábrica para seguir un ritmo constante en las obras. Meses antes de la importante fecha de la consagración, todavía en 1767, comenzaron los preparativos desde el Cabildo Catedral y por parte del obispo de la Diócesis, D. José Martínez Escalzo. La Catedral de Segovia debía de contar con todos los detalles posibles y se encargaron cornucopias –espejos visibles en la actualidad a lo largo de todo el templo- y cruces para ser distribuidas por todas las naves.
A falta de menos de un mes para la consagración, el 20 de junio, se invita oficialmente a fieles y sacerdotes para colaborar en la puesta a punto de la Catedral, tanto en su limpieza como en las tareas de decoración.
En la víspera del 16 de julio de 1768, el ambiente festivo recorría ya toda la ciudad de Segovia y el volteo de las campanas, periódicamente a lo largo del día, invitaba a la oración y a la preparación espiritual para dicho momento, a lo que el clero se unió ayunando durante toda la jornada.
Finalmente, el 16 de julio, se procedió a la Solemne Consagración y Bendición, 540 años después de la consagración de su anterior catedral, emplazada frente al Alcázar y destruida durante la Guerra de los Comuneros, 1520-1522. El coro comenzó a entonar los cantos a las cuatro y media de la madrugada y, el rito de la consagración, se inició una hora después. La celebración se prolongó durante varias horas y no fue hasta las doce del mediodía cuando el Obispo abandonaba el templo, según se recoge, entre los aplausos y vítores de los segovianos por ver concluida, tras siglos, su Catedral.
En la actualidad, esta fecha queda recogida de forma permanente en la piedra situada en la cabecera de la Catedral, justo detrás del Altar Mayor, y recuerda a segovianos y visitantes que la Catedral está dedicada a la Asunción de la Virgen al Cielo y a San Frutos.
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