Volviendo hacia atrás vamos a la Alameda de la Fuencisla.
Relacionado con los escarpes de calizas aquí podemos observar las Peñas Grajeras donde se ven estratificaciones cruzadas. Estas formaciones de calizas eran enormes dunas submarinas que se iban moviendo y que han dejado al fosilizarse estratificación cruzada de diversos tipos (asociados con la alta energía). Además en estas calizas pueden verse fragmentos de conchas y de otros animales invertebrados.
Podemos también ver las terrazas fluviales de los ríos durante el cuaternario, pero como elemento geológico reciente lo que más destaca son las tobas calcáreas de la Fuencisla, que se están formando actualmente debido a la pérdida de CO2 de un agua rica en carbonatos que precipita caliza. Esto se asocia a un manantial cárstico al estar el nivel freático cortado por la superficie.
Las formas del relieve en este punto son importantes, tenemos por un lado el meandro de la Fuencisla. Hace siglos el río Eresma pasaba al lado del santuario, pero fue desviado para evitar las inundaciones y riesgos asociados. Por otro lado, observamos la presencia de varias cicatrices asociadas al desprendimiento de rocas (actualmente están tapadas por gunita, cemento proyectado gris) por el desprendimiento que tuvo lugar en abril de 2005. Estos desprendimientos se han podido observar muchas más veces como se demuestra en los cuadros de la sacristía del santuario.
En el lecho del río Eresma, justo aguas arriba del puente de San Lázaro, se ha formado una barra de gravas y arenas aprovechando un ensanchamiento del valle en el meandro. Estos sedimentos son conglomerados y también se están formando por el depósito de materiales (gravas y arenas) en la actualidad.